29 mar 2020

Érase una vez Balerdi


Eran los años 80 del pasado siglo, una época preinternet y móviles, donde las sedes de los clubes de montaña eran todavía el centro al que acudir para hacer planes, intercambiar información y también, cómo no, cotillear.


En el CVCE existía el "libro de piadas", similar al de los refugios de montaña, en el que la entonces muy activa hornada de escaladores reflejaba sus logros, detallaba información y en algunas ocasiones volcaba sus frustraciones. Venía a ser una especie de "red social" a papel y boli. Cada lunes estábamos deseando llegar al Club para anotar nuestras hazañas domingueras y de paso ver qué es lo que los otros grupos habían hecho.

Las entradas —¡siempre que consiguieses entender la letra!— iban de lo más breve y escueto hasta las que detallaban aventuras y desventuras con toda minuciosidad, pasando por las informativas y didácticas. En general predominaba el tono humorístico e irónico, y también, sobre todo cuando se contaban penas, cierto aire estoico y displicente. Me llamaba la atención que las ascensiones más duras y difíciles se solían registrar concisamente, como sin darles mayor importancia. Quizás fuera un intento de alimentar esa reputación, no exenta de vanidad, de los escaladores como gente "dura" y "sufrida".

Entre la variedad de apuntes, destacaban sin lugar a dudas los croquis de escalada, tanto por la información que ofrecían como porque visualmente eran mucho más agradecidos. En aquellos años, varios escaladores del Club estábamos dedicados a abrir vías en las paredes de Balerdi y lógicamente toda aquella actividad fue fielmente plasmada en los libros de piadas.

Las vías que se trazaron son reflejo de su época, una fase de transición en la escalada —hacía poco que habían aparecido los pies de gato, y los fisureros y friends acababan de entrar en escena—en la que se evolucionaba rápidamente hacia la escalada en libre, pero constreñidos todavía por una graduación obsoleta en la que el súmmum de la dificultad era el sexto superior, que taponaba y comprimía los grados.

Estos son pues los croquis de Balerdi, recogidos en los libros del Club, que dan testimonio de los afanes e ingenuidad de unos escaladores veinteañeros, y sirven de recuerdo a tantos —Aitor, Antxon, Garate, Marraskilo...— que se quedaron por el camino. 




"FLOR DE OTOÑO", abierta en noviembre 1982 (Sebas Sánchez y Juancar Sanz)

"FÉLIX UBIERNA", abierta en abril 1983 (Sebas Sánchez y Juancar Sanz)
"MURCI", abierta en abril 1983 (Alberto de Blas, Alberto Lavandeira, Juancar Garate, Gerardo Telletxea)


"TXEPALOKA", abierta en mayo 1983 (Aitor Arrieta, IKU y Juancar Sanz)

"CAMEL", abierta en mayo 1983 (Arsen Itxaso, Juancar Sanz, JFer y Alberto de Blas)


"NOIZ BAIT", abierta en mayo 1983 (Sebas Sánchez, Arsen Itxaso, Aitor Arrieta y Juancar Sanz)



"ESPOLÓN NAMASTE", abierta en septiembre 1983 (Aitor Arrieta)


"EL INCIDENTE MISHIMA", abierta en octubre 1983 (Sebas Sánchez y Juancar Sanz)


"ZAKILIXUT", abierta en octubre 1983 (Juancar Garate, Arsen Itxaso, Tetxus Barandiaran, Alberto de Blas, Iosu Ulazia, Jokin Biera)



"PAJILLEROS-PEINA-OVEJAS", abierta en agosto 1984 (Aitor Arrieta y Juancar Sanz)
"AMETZ-GOZOAK", abierta en noviembre 1983 (Aitor Arrieta y Javier "Marraskilo")
"GRINAZKO HILKETA, abierta en agosto 1984 (IKU y Aitor Arrieta)
"LOS CORCONES", abierta en noviembre 1983 (Sebas Sánchez y Juancar Sanz)

"TILITRATE", abierta en noviembre 1983 (Antxon Alonso)




"GRINAZKO HILKETA", abierta en agosto 1984 (IKU y Aitor Arrieta)
"TXANTXILLO", abierta en febrero 1985 (Aitor Arrieta)


"CLARO EN EL BOSQUE", abierta en 1985 (Arsen Itxaso y Antxon Alonso)


Relación de vías anotada en el libro en junio 1985


Anotación en el libro de fecha octubre 1985

Aparte de los croquis anteriores, todos anotados en los libros de piadas del CVCE, reseño éste que se dibujó cuando se inauguró la Sociedad Los Corcones, de Donostia.



Y esta panorámica de Balerdi con las vías abiertas o en proyecto en 1985: