17 mar 2014

Mallo Acherito (2.374 m)




Una algarabía de ladridos, que rompe el silencio matinal del valle, nos sorprende cuando descendemos del coche en Linza; el parking del refugio a reventar y filas de vehículos mal aparcados en las cunetas. ¡Esto parece el Adarra el 1 de enero! Por los retazos de conversaciones que cazamos descubrimos que este fin de semana se celebra una competición de trineos con perros en el Plano de la Casa. Esta demostración del espíritu gregario, en este habitualmente tranquilo rincón del Pirineo, me sobrepasa. Mejor desaparecer en el bosque silencioso que nos hace olvidar rápidamente el tumulto y la incontinencia canina.

Tras cruzar el Paso del Caballo, enfilamos la huella que discurre bajo las hayas, cuyos troncos se estiran hacia el sol como queriendo escapar de la nieve que les enfría los pies. A la altura del Paso del Oso la ruta se hermana con la que viene de la Fuente de los Clérigos, la afluencia de montañeros se duplica, y todos, con parsimonia, afrontamos la primera gran cuesta de la jornada. La nieve está compacta y nos libera de seguir obedientes la huella, permitiendo a cada cual demostrar su independencia, dibujando sus propias zetas en la ladera. En la montaña –como en la vida–, el esfuerzo tiene su premio, y superar esta pala nos recompensa con el fantástico panorama de cumbres nevadas que se despliega en la cabecera de Linza: Lapakiza, Ukerdi, Budogia, la Mesa, Petrechema, Sobarcal, Acherito, Chinebral... Abandonamos el camino del Chinebral y nos dejamos caer al perezoso barranco de Acherito, y digo perezoso porque siempre, al subir, parece que nos ponemos en “modo ascensión” y nos resistimos a perder el mínimo desnivel; y también porque en esta hoya encajonada se concentra el calor que afloja las piernas y, a veces, el ánimo.

De pronto, como surgidos de la nada en este blanco desierto, aparecen varios sarrios que descienden raudos como flechas por las empinadas laderas del Chinebral. Acróbatas de la montaña, éstos si que son –Rébuffat estaría de acuerdo– los auténticos reyes de la nieve, el hielo y la roca. Desenfundo rápidamente y disparo –la cámara– intentando aprehender tan fugaz imagen. En un par de minutos recorren sin aparente esfuerzo una distancia que a nosotros nos costará más de media hora, y desaparecen por la nítida línea blanca y azul del horizonte, dejando en el aire un par de preguntas: ¿por qué nos fascina tanto su efímera presencia? y, sobre todo, ¿cómo es posible que haya gente que disfrute matando a estas u otras hermosas criaturas salvajes?

En el collado del Huerto de Acherito –curioso nombre–, al pie de la pala final, se concentran los candidatos a cima como si fuera la última estación, mientras analizan y valoran el estado de la nieve. La mayoría opta por los crampones y suben lentamente en fila, componiendo una imagen que me recuerda –exagerando, claro– las célebres fotos del “Chilkoot Pass” durante la fiebre del oro del Klondike.

Se está bien en la cima; el día es excepcional, el sol resplandece y nos calienta sin pasarse. La satisfacción por el objetivo cumplido y la casi certeza de buena nieve para el descenso propician el buen ambiente entre las diez o doce personas que nos repartimos la exigua cumbre. Comer, cambiar impresiones, bromas, y el sempiterno juego de identificar las montañas a la vista. Alguien formula una pregunta:
    –¿Cuánto dinero vale esto?
    –Todo... o nada –responde otro.

El mundo desde aquí es intensamente blanco y azul, la espesa nieve suaviza y torna amable este kárstico paisaje tan áspero y rocoso en verano. Contemplo con sorpresa la aglomeración de hormigas en el vecino pico de Petrechema y el incesante tráfico por su cresta. Es imposible escapar; nuestro espíritu gregario alcanza hasta las cotas más altas.




Pequeña borda a la altura del Paso del Oso
Desde la Plana de Diego el espectáculo de los picos desde Ukerdi al Chinebral de Gamueta
En el centro, al fondo, el Acherito. A la derecha la loma que lleva al Chinebral
Sarrios saltarines en el barranco de Acherito
Visa del Pirineo desde del Collado del Huerto de Acherito
Pala de Acherito
La Aguja Sur de Ansabere desde la cima de Acherito
A punto de comenzar el descenso de la pala. Enfrente el Chinebral



Regresamos por las Foyas del Ingeniero



Excursión realizada el 8 Marzo 2014

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